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Corpus 2019

Ceremonias de Ramos y Alabados

El Real Colegio-Seminario de Corpus Christi de Valencia celebra con la mayor de las ceremonias el Santísimo Sacramento. La Eucaristía se conmemora todos los jueves del año, pero lo hace de forma especial el día de Corpus Christi y su octava. Este 23 de junio de 2019 se ha celebrado una vez más el Santísimo Sacramento con las dos ceremonias instauradas por el Patriarca y que son únicas en el mundo: los Ramos y los Alabados.

Una vez ha concluido la misa conventual de las 10 de la mañana, con el Santísimo expuesto en el altar mayor, sale de la sacristía una primera procesión en la que el rector del Colegio-Seminario, en esta ocasión Juan José Garrido, acompañado por dos acólitos deposita un ramo de flores ante el Cuerpo de Cristo.

Tras retirarse el rector, de nuevo desde la sacristía sale una nueva comitiva. En esta ocasión al pertiguero le siguen cuatro sacerdotes, dos acólitos y seis de los colegiales residentes en el seminario.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Visten sobrepellices castellanas y portan doce urnas con flores y espigas. Una vez puestos frente al presbiterio, los sacerdotes inician la ofrenda, subiendo por parejas al altar. En el camino hacen tres reverencias al estilo del Colegio, una antes de las gradas, otra al acabar las gradas y la tercera frente el altar”. La procesión de los Ramos es descrita de esa manera por David Martínez Bonanad, de la Universitat de València, en su trabajo ‘La Fiesta en el Real Colegio de Corpus Christi. La herencia de una tradición en la Valencia contemporánea’.

Tras la colocación de los ramos, los sacerdotes, acólitos y colegiales hacen el camino inverso y regresan a la sacristía.

David Martínez Bonanad afirma en el mismo estudio que la ceremonia es “única en el mundo” y “se inspira en la tradición hebrea que se recoge en el libro de los números, donde las doce Tribus de Israel, presentan sus ofrendas ante el altar del arca. Los ramos simbolizan en la casa los regalos y presentes ofrecidos al arca por los príncipes de Israel. El cuerpo de Cristo se reconoce como la nueva arca de la alianza, Dios vivo se hace presente en el altar”.

Una vez se reconoce el cuerpo de Cristo como la nueva alianza, se procede a la celebración del rito de los Alabados. Todos los colegiales, perpetuos y residentes, acólitos y el pertiguero vuelven a salir de la Sacristía y desfilan hasta el principio de la Iglesia de Corpus Christi. Desde allí, la comitiva camina con pausa y ceremonia hacia el altar mayor, suben las gradas por parejas y se postran de rodillas frente al Corpus Christi.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los cuatro últimos en subir son los colegiales perpetuos. Una vez arrodillados frente al altar mayor reciben cuatro incensarios y “al unísono y con los tiempos medidos por el Canto de los Alabados, los cuatro a la vez inciensan el altar. Esta ceremonia se basa en la visión de los ancianos del Apocalipsis y tiene como fin reconocer el altar como el lugar donde se produce el milagro de la transubstanciación del cuerpo y la sangre de cristo”, explica David Martínez.

Las dos ceremonias conservan a día de hoy toda su esencia, tal y como las pensó y organizó el Patriarca Juan de Ribera.

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